El año pasado fue el más difícil para el sistema financiero desde el comienzo de este siglo: una tercera parte de los establecimientos de crédito del país presentó pérdidas. Esta situación de incertidumbre financiera podría, eventualmente, terminar afectando el bienestar del consumidor pues, cuando hay pérdidas importantes en un sector, lo que parece usual es que, o bien algunos competidores decidan salir del mercado, o bien que las señales de mayor riesgo los lleven a tomar la decisión de aumentar los precios (tasas de interés) para intentar sobrecompensar los resultados.