Los bonos temáticos se han consolidado como uno de los instrumentos más eficaces para movilizar capital hacia actividades sostenibles. Estos títulos de deuda, diseñados para financiar proyectos con beneficios ambientales o sociales, se han convertido en piezas clave de la arquitectura financiera sostenible. En esta categoría destacan los bonos verdes, sociales y aquellos vinculados a indicadores de sostenibilidad, ampliamente adoptados a nivel global.
Sin embargo, en la compleja tarea de descarbonizar sectores intensivos en emisiones, emergen los bonos de transición como una herramienta innovadora que permite financiar sectores como el energético, el de transporte o la industria pesada, siempre que estos cuenten con planes robustos y medibles para reducir sus emisiones y alcanzar el net-zero en 2050.