La fatiga del gregario

La semana pasada, el equipo Visma conquistó la Vuelta a España. En medio de la emoción, tuve una revelación que me llevó a una reflexión profunda. En el ciclismo, el gregario es el corredor silencioso que abre camino, protege al líder del viento, regula el ritmo y se sacrifica, de ser necesario, para que el líder cruce la meta. No aparece en portadas ni levanta los brazos en el podio, pero sin él la carrera se pierde. Esa metáfora describe el papel de la banca en la economía colombiana: somos el gregario. Trabajamos sin descanso, allanamos la ruta para que hogares, empresas y proyectos logren llegar al final de la etapa.

Sin embargo, este gregario comienza a fatigarse. No por falta de convicción, sino por tres grandes cargas que hoy lo debilitan: tributación excesiva, inestabilidad jurídica y represión financiera. Tres obstáculos que, como montañas empinadas, restan velocidad justo cuando más necesitamos empujar la economía.