El Nuevo Siglo
En una primera reacción a las inversiones forzosas, el presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), Jonathan Malagón, calificó la medida como “un mecanismo de represión financiera” que podría generar más perjuicios que beneficios para la economía del país.
Según Asobancaria, esta propuesta resulta inconveniente porque limita el crédito disponible para otras actividades económicas, lo que a su vez podría elevar las tasas de interés.
Jonathan Malagón afirmó que la medida constituye un “subsidio cruzado” que reduciría los fondos prestables, obligando a la mayoría de los colombianos a pagar tasas de interés más altas, mientras que los sectores favorecidos recibirían tasas más bajas. Esta situación podría desencadenar distorsiones en el mercado crediticio, afectando al desarrollo económico integral.
El directivo agregó que, en su lugar, Asobancaria propone avanzar hacia un “Gran pacto por el crédito”, que consistiría en incrementar los desembolsos destinados a sectores estratégicos, como la vivienda, turismo, manufactura, economía popular y agropecuario.