Hoy las ciudades y políticas de vivienda se planifican como si la vejez fuera corta, pasiva y dependiente. Sin embargo, cada vez más adultos mayores aspiran a ser autónomos, activos y productivos en esta etapa de sus vidas.
En respuesta a este panorama, varios países han adoptado modelos como el senior living. Estas comunidades están diseñadas para personas mayores que desean evitar la pasividad de los asilos, manteniendo independencia mientras acceden a alimentación, recreación, seguridad y salud preventiva. En EE.UU. y Europa existen desde hace décadas y en América Latina, países como Chile, México y Uruguay ya tienen iniciativas privadas. En Colombia, las condiciones demográficas y la apertura de nuevas generaciones hacen posible avanzar en esta dirección.