Uno de los mayores desafíos que enfrenta hoy el sistema financiero es el creciente fraude, que aumentó 21% durante el último año. Las técnicas de ingeniería social, como el smishing (robo de datos mediante mensajes de texto) y el vishing (robo de datos mediante llamadas), se han convertido en las herramientas preferidas por los delincuentes para persuadir a los usuarios, robar su información y posteriormente suplantar su identidad.